Hoy nos hemos tenido que levantar un poquitín antes. A las siete en vez de a las siete y cuarto. Después de desayunar hemos tenido que dejar ya las maletas en un cuarto preparadas para la tarde. Todos nos hemos vestido de esquiadores por última vez para despedirnos de los monitores y pistas y hacer nuestras últimas bajaditas.
El cuerpo está ya bastante cansado, pero el día que vuelve a apuntar espectacular nuevamente nos anima a el espíritu y nos llena de energía.
El autobús se ha retrasado un poco, pero ya no nos importa, hemos aprovechado la semana de maravilla, así que nadie se enfada por el retraso, ni aún tan siquiera los profesores que en esto de subir a las pistas siempre quieren llegar los primeros.
Por fin llega. Nos vamos para arriba. Nos untamos nuevamente bien de crema protectora y algunos aprovechan para echar una cabezadita. Éste será nuestro último trayecto de subida a la estación de Candanchú.
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