Llegamos al parking de Candanchú, pero más parecen las montañas de Mordor llenas de Orcos del Señor de los Anillos. LLuvia, nieve, viento y frío. Una negrura amenazante y siniestra lo abarca todo. Un revuelto de fenómenos naturales que nos hacen practicamente imposible hasta ponernos las botas. Apenas oímos los números de nuestros esquís cuando los profesores nos los gritan para repartirlos. ¡Vaya día!
Rápidamente los profesores mandan a aquellos esquiadores más experimentados a llevar a la tropa hasta el punto de encuentro, mientras ellos: recogen nuestras botas, alquilan jaulas, se visten y quedan con el chófer del autobús. Uno por cada lado. Se reparten el trabajo. Nosotros nos vamos para arriba con Juan Mamblona y Hugo, veteranos de guerra en esto del esquí.
En el punto de encuentro los monitores separan como siempre a los esquiadores por niveles. Algunas de nuestras muchachas hacen trampa y se quedan con los que nunca han esquiado siendo éste su segundo año, pero nosotros no se lo tenemos en cuenta. Bastante harán con aguantar la mañana. Los demás a coger los remontes y vamos a preparar la prueba para los grupos. No se cómo nos van a separar los monitores porque no se ve ni a tres metros, ni con gafas ni sin gafas ni de ninguna manera.
Os dejamos con los vídeos. Una imagen vale más que mil palabras.
lunes, 4 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sois todos unos valientes. Aprovechad mañana por lo que pueda pasar los siguientes días. Besicos y buenas noches.
ResponderEliminarMarigel
Ánimo a todos que lo hacéis muy bien. Besos para todos y uno muy grande para Leire. Abrigaos bien porque se nota el frío sólo de veros.
ResponderEliminarItziar
Deje que sus hijos desarrollen la misma pasión por el esquí que usted. Con nuestros cursos de ski para niños, puede asegurarse de que sus hijos estén listos para esquiar.
ResponderEliminar