SE TERMINÓ

Todo acaba. Nuestra aventura también. Con mucha alegría por volver a estar todos con los nuestros, pero también con mucha tristeza de que estos días inolvidables hayan tocado a su fin.

Llegamos a casa, cansados, muy cansados, pero con una sensación de satisfacción difícil de describir.
Han sido tan sólo seis días, pero han cundido como si fueran seis meses. Los madrugones, los dolores al poner las botas, la sensación de impotencia de los primeros días, la frustración, los cariños, etc nos daremos ahora cuenta de que han merecido finalmente la pena, cuando recordemos lo bien que lo hemos pasado y cuanto hemos disfrutado.

Todos los grupos de cada año destacan por muchas cosas, pero cada uno sobresale por encima de los demás en alguna de ellas. Este año ha sido el grupo del buen rollo. Los chicos parecían conocerse desde siempre, y ni las edades (en algunos casos de casi siete años de diferencia) ni la procedencia de los colegios, han sido obstáculo para que reinara durante toda la excursión un ambiente formidable.
Me quedo con varias cosas grabadas en mi memoria. Me vienen ahora algunas de ellas, como la ayuda de los mayores de Santa Ana a todos los pequeños con una amabilidad y un respeto hacia ellos encomiable. La simpatía y la alegría de las peques de Ainzón, que han contagiado a todos, no sólo a compañeros, si no también a profesores, camareros, monitores, etc También me quedo con el coraje de muchos de la escuela novatos en esto. Allí han estado vuelta y vuelta a subir a la cinta, hasta que finalmente han conseguido subir a los remontes. Tambiém me viene a la memoria el apoyo y el seguimiento que han realizado los padres de nuestras andanzas. La verdad que me abrumaba la cantidad de mensajes que se recibían todos los días en este espacio y que casi eran imposible de hacerles llegar a los chavales.
De mis compañeros, pues que voy a decir. Ahí ha estado José Miguel como siempre organizándolo todo, Víctor siendo el portavoz del grupo a la hora de transmitirles cosas a los chicos, Conchi, con su eterna sonrisa, haciendo de madre con todos chicos y chicas, dándoles cariño y consolándolos, y sobre todo la paciencia mostrada de estos tres profes con los chavales y también con un servidor, cuando éste los ha dejado sólos con todo el grupo para ir montando la información que iba a ser subidaen el blog. En fin, son tantas y tantas cosas que difícilmente cabrían en esta página.

La experiencia como siempre digo desde aquí es increíble. No sólo por lo divertido y lo maravilloso que es el aprender a esquiar, si no también por lo mucho de educativo que ésta tiene.
En estos seis días se trabajan aspectos como la autonomía de la mejor manera posible, dejando que los niños se enfrenten a los problemas, que aprendan a resolverlos. Todos tenemos la sensación de que hoy en día queremos estar tan encima de ellos, que ni siquiera les damos la posibilidad de que sean ellos quienes tomen la iniciativa. Vestirse, ducharse, organizarse, aprender a comer, pedir las cosas, buscar ayuda y saber darla, esforzarse, superarse, vencer los miedos, .... en definitiva vivir por ellos mismos. Por todo esto pensamos que esta actividad merece la pena.

Por último agradecemos desde aquí a los padres la confianza depositada en nosotros, ya lo dije el año pasado y lo repito, díficil de ver en estos tiempos que corren. Sabemos que ellos también sufren esta semana. Los cariños como una madre comentó aquí hace unos días, no sólo son de los niños, también lo son para ellos. Sin vuestra voluntad y esfuerzo esta semana no sería posible, y no sólo al ámbito afectivo me refiero, también al ámbito económico, ya que más de algunos se han tenido que privar de otras objetivos para que su hijo o hija pudiera estar esta semana aquí.

Yo desde este espacio me despedido de todos vosotros. Ha sido un gran placer estar de reportero de guerra en esta actividad, sabiendo el inmeso seguimiento que han tenido los vídeos y las noticias aquí publicadas. Ha sido un enorme placer el poder convivir con vuestros hijos estos días, y el poder contaroslo casi en tiempo real, sabiendo que estabáis ahí, algún día hasta sin hacer la cena a la espera de noticias. A mí no me tenéis que agradecer nada. En todo caso agradecer al equipo de profesores desplazados. Allí cada uno tiene una función, y a mí me ha tocado esta, a veces hasta más relajada que el estar las veinticuatro horas con los chicos, ya que me proporciona alguno ratos de tranquilidad que si no, no los tendría. Por tanto esto es un trabajo de equipo y si algo hay que agradecer habría que hacerlo a todo el equipo.

A los chicos decirles que sigan así. Que no cambien. Son todos ellos grandes chavales, cada uno con sus cosas, pero buenos tíos. Lo hemos pasado muy bien en vuestra compañía, y a pesar del trabajo que nos habéis dado, hemos disfrutado como vosotros o más. Esperamos que todos os llevéis un buen recuerdo de esta actividad, y que os acordéis de nosotros, para cuando tengáis nuestra edad podáis decir, que bien lo pasamos aquella Semana Blanca con José Miguel, Víctor, Conchi y José Antonio.

HASTA PRONTO.